lunes, 27 de julio de 2009

Sin afecto


Ignorado por la mayoría de los grandes medios, el despido de Alejandro Apo por parte de las autoridades de Radio Continental no pasó desapercibido para los oyentes de Todo con Afecto, Dónde quiera que estés y las transmisiones deportivas lideradas por Víctor Hugo Morales. Una avalancha de mensajes del público inundaron la página web de Continental, entre otras cosas porque Apo ni siquiera tuvo la oportunidad de despedirse de la audiencia en la emisora donde trabajó 18 años. El hecho, en, rigor, cobra singular relevancia de solo compararlo con el revuelo informativo generado en torno de la desvinculación de Nelson Castro de Radio Del Plata, en enero de este año. En aquel momento, representantes de los medios concentrados se solidarizaron con el periodista, al tiempo que presentaron el episodio como un caso de “flagrante censura”. A lo que se añaden las disímiles respuestas esgrimidas por ambos comunicadores: mientras Apo procuró no abonar a conspiraciones políticas a raíz de su manifiesto apoyo al anteproyecto de ley de servicios de comunicación audiovisual, su colega señaló en una entrevista concedida al diario La Nación: “Esto es lesivo para la libertad de prensa. Si esto se extiende a los demás medios, va a ser imposible informar sobre hechos de indiscutido interés público”. En idéntica sintonía; las diputada Silvia Giudici (UCR), inquirió a viva voz: “quién compensa a los oyentes y a los argentinos por el ataque al pensamiento y la libertad de expresión”.El público de Castro, de acuerdo con los dichos de Giudici, fue ampliamente compensado teniendo en cuenta la inmediata oferta laboral que recibió del Grupo Clarín. El futuro de Apo en la radio, más allá de los oyentes y sus mensajes masivos, configura una incógnita.

lunes, 20 de julio de 2009

Un tobogán lógico




Sorprende cada vez menos que los dirigentes de River persistan en una política fallida, improvisada, confusa. No alcanzan los papelones deportivos ni las feroces resistencias que generan en el ambiente y en sus hinchas para intentar otro camino, menos escandaloso y más sensato. Iniciado el receso, y ya con Ortega nuevamente en el plantel, se sucedieron una serie de episodios repudiables en el club. Pura lógica.


Gerlo, uno de los más queridos por el hincha a raíz de su esfuerzo y su empeño por no acumular papelones, fue desafectado con argumentos pobres, risueños podríamos decir. Abelairas manifiesta abiertamente su amor por Diego Simeone sin intentar siquiera una revancha personal. Buonanotte se despidió anticipadamente en otro bochorno imposible de aceptar. Augusto Fernández reclama refuerzos de jerarquía, con más tino y más perspicacia que sus superiores.


Resulta evidente que nada se hace para esquivar otra campaña mediocre. Aguilar seguramente apelará a los "4 títulos locales" y un fútbol corroído por el exitismo. Pero a no confundir imaginarios sociales de época con torpezas y miopías dirigenciales que no tienen explicación racional.


O sí: es lógico y racional que River repita la ubicación que supo merecer a fines del año pasado.


sábado, 18 de julio de 2009

Gran conductor


En medio de un debate futbolero interesante sobre estilos y modos de entender el triunfo, la figura de Juan Sebastián Verón ocupó el centro de la escena tras un nuevo logro internacional de Estudiantes de la Plata. Y no hay razones para objetarlo: ese nombre es sinómino de gloria. Por su papá, Juan Ramón, integrante del controvertido equipo campeón dirigido por Osvaldo Zubeldía y por el legado intransferible de un club y de una ciudad que viven de manera especial sus éxitos y fracasos deportivos. También el apellido Verón es sinónimo de cuentas pendientes y debates no saldados.

Se dijo, con acierto, que La Brujita divide aguas de acuerdo con la opinión de los hinchas. Algo similar ocurre con Riquelme y Ortega. Todos ellos cargan con presiones del ambiente, idolatrías contradictorias, interpretaciones prematuras. Pasado y presente que alimentan sus respectivas figuras y sus rostros polémicos. En el caso de la Brujita, cabe reconocer que llegó bajo una lluvia de críticas en 2006 y, progresivamente, revirtió la desteñida imagen que dejó en Corea-Japón. Difícil y compleja misión. Hace falta coraje, amor propio y condiciones fútbolísticas para lograr nuevos consensos. También hacen falta aliados influyentes para relanzar una carrera y comunicar eficazmente cada logro deportivo.

No obstante, conviene resaltar la performance de Verón como referente y conductor de un equipo con altos valores. Un estratega formidable capaz de abrir la noche de Bello Horizonte, un apellido que es historia pura de nuestro fútbol, un jugador propenso a blancos y negros, jamás grises. Alguien que, por momentos, se anima a confrontar valientemente con una porción pequeña del poder.

-"Pese a tu gran presente deportivo, la gente todavía recuerda el mundial del 2002, ¿qué tenés para decir ante las críticas", inquirió con morbo el periodista de rancios bigotes.

-"¿Quién es la gente? ¿Vos sos la gente?", respondió el jugador.

Se nota que las críticas repercutieron y no hay ni habrá modo de conformar a todos. Con un agravante: el periodista preguntó con las simplificaciones y los esquematismos de este tiempo.

El Verón conductor, en consecuencia, exhibe un rostro maldito no del todo conocido pero que, de repetirse, vale la pena seguir de cerca. Un Verón con poder configura una leve amenaza para jugadores, dirigentes y desprevenidos periodistas.


lunes, 6 de julio de 2009

Mal menor


Después de escuchar los análisis de la final entre Vélez y Huracán, resulta evidente qué esperaba el poder del fútbol de la final. La consagración del Globo hubiese sido una derrota del imperio comunicacional en Argentina, de sus relatos intencionados, de sus imágenes obscenas, del melodrama continuo que no necesita desdramatizadores, ni paciencia, ni reponer el carácter lúdico de este deporte. La primera estocada fue efectiva: un sobreimpreso miserable en torno al técnico de Huracán. De allí en adelante, la prudencia hasta el desenlace porque este Huracán de la carencia y la humildad movilizó al pueblo futbolero como hace tiempo no ocurría. Con un dato adicional, imposible de mensurar: nadie desconoce qué posición tiene Cappa sobre la nueva ley de servicios de comunicación audiovisual. Y todos sabemos la disputa que mantiene el Gobierno Nacional con el conglomerado mediático más importante del país.

La resultante es una vez un triunfo conocido, que cansa pero que habrá que aceptar hasta tanto organicemos una resistencia de hinchas. Es una ley de época nunca escrita, nunca democrática, nunca justa con los méritos de los justos. Pero la lectura debiera no nublarnos del todo. Vélez merece otro trato y no haríamos ningún aporte a la causa si minizamos lo realizado por el cuadro de Liniers. Vélez es también uno de esos clubes condenados al olvido y la referencia a pie de página. El poder del fútbol, esta vez, eligió el mal menor.