jueves, 4 de septiembre de 2008

Equívocos


Castigado e incomprendido, no son tiempos venturosos para Claudio Borgui, deté con discurso sensato y perfil cautivante. Como en otras cosas ocasiones, asoman incompatibilidades entre dos lógicas o dos modos de convivir en un mismo campo: de un lado, el medio local y sus órganos de difusión transmitiendo 24 horas en todos sus soportes; del otro, el ideario de un entrenador que rompe ciertas zonas de lo permitido. La historia de los últimos años, al cabo. Ricardo La Volpe, Angel Cappa, Ramón Cabrero, entre otros, podrían dar testimonio.

En rigor, Borgui descarrila -desde el canon futbolero- cuando abusa de razonamientos complejos o señala que un segmento considerable de aficionados/consumidores no entiende lo que lee, ve o escucha. Más: pierde definitivamente la brújula si la derrota deviene calma, la suaviza o la acepta como irremediable ley del juego. Allí sí que no hay concesiones. Tolerancia cero, movileros persecutorios, cámaras al acecho, preguntas intimidatorias. El despliegue de lo conocido y sus debidas operatorias en tren de aplicar correctivos. Simbólicos, claro, pero eficaces en tanto la narración descansa en el tono apocalíptico, el drama del fracaso, las cadenas de insultos y desprestigios, la incidencia del fútbol en las nada folclóricas cargadas postreras. Resumiendo: el poder del relato periodístico que repone el canon.

Acaso desinformado, acaso soberbio, acaso sincero o buen tipo, será difícil, sin embargo, encontrar morbo donde no lo hay o donde hay un contratado dispuesto a no cumplir su rol. Ni el reputado Almodóvar encontraría la trama. "Lo que yo puedo proponer es esto, y si estamos de acuerdo seguimos", señaló el técnico de Independiente. De previsible final, entonces, cada tanto el torneo doméstico regala estos equívocos. Gracias Borgui.

1 comentario:

Miedo Escénico dijo...

dificil pero no imposible.... ojalá triunfen los tipos que piensan entre tanto mediocre...
mas allá de resultados futbolisticos.