domingo, 1 de febrero de 2009

Grandes sin grandeza


Mucho se ha escrito y opinado sobre la crónica crisis de River. No obstante, revisando las últimas campañas de los grandes, emergen otros dos casos de clubes también sumidos en padecimientos constantes, medulares, de compleja resolución. Crisis y problemas que acaso testimonian no solo una coyuntura adversa, sino un cambio de época, un nuevo tiempo futbolero, una inédita manera de interpretar la vieja gloria con otras variables.

Cómo analizar, en tal sentido, las actuaciones de Independiente (18º en él último Apertura) y Racing (en promoción). Cómo situarlos hoy en un escenario donde no son candidatos ni presentan figuras en sus planteles ni revalidan, en suma, el rótulo de "equipos grandes". Cómo entender los hitos de una historia que fue mutando hasta convertirse en relato necrológico, amarillento, sin ninguna gravitación en el presente.

Una muestra: ayer, en un partido de verano entre Gimnasia de La Plata e Independiente, los roles parecían invertidos. Desde la disposición en el rectángulo hasta la convocatoria en las tribunas, el lobo encarnó el protagonismo estelar. Y si bien hay atenuantes (escasa importancia del público rojo al certamen, zona túrística donde veranean una significativa porción de triperos, rendimiento desparejo y deslucido de Independiente en los partidos anteriores), el dato no es menor y configura un hecho curioso que suscita lecturas.

Por un lado, ciertos clubes denominados chicos, lejos de ser convidados de piedra o actores secundarios confinados a los márgenes, crecieron local e institucionalmente hasta absorber presiones y fortalezas que eran patrimonio de los grandes. Por otro, los equipos que nos ocupan (Independiente, River y Racing) penan por su presente deportivo a partir de un pesado lastre: viejas y actuales dirigencias fracasadas, miopes, deshonrosas, responsables primeras del colapso. Sumado a ello, una endeblez anímica galopante en los tres que inhibe de imaginarlos reinventados, heroicos, retornados al sitio importante que supieron ocupar.

De acuerdo con este panorama, y volviendo a los interrogantes formulados en el comienzo, habrá que prestar atención a un fenómeno que parece despuntar -y deberá estudiarse a fondo- en el fútbol doméstico: así como los chicos no aceptan su histórico lugar de reparto, los grandes de hoy, aunque le pese a los hinchas, inician un camino novedoso donde el orgullo por la grandeza de ayer solo aplica para museificaciones o compactos de archivo en tevé.


1 comentario:

Dan Hojman dijo...

Concuerdo en que SLO y BOC son los unicos que se puden autollamar grandes. Por la historia y el presente.

Un Saludo

Danchovski
www.los-afiches.blogspot.com
Boca 2-0 River - Los Afiches del Superclasico