No se comprende, por esa razón, la opinión de las filiales del exterior -"Nos conviene descender"- como tampoco se comprende la cascada de errores que desembocaron en este infausto presente.
De cara a la promoción con Belgrano de Córdoba -a quien su gerenciamiento aún no hizo mella-, si se concede, cabe inflar el pecho y alistarse. Por todos esos hinchas de Racing que hoy dan la cara y enfrentan estos días llenos de angustia y llenos de tormentos y llenos de fantasmas merodeando todos los aires y todos los hogares celestes y blancos, desde este espacio, humildemente, imploramos el desenlace. Otro domingo nos sigue esperando.
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