Asimismo, no es menos cierto que cada definición al límite como la que asoma en Río de Janeiro tiene condimentos propios. Veamos. Fluminense nunca arribó a una instancia de este tipo -idéntico ejemplo al del efímero Once Caldas de Colombia-, computa todas victorias en el Maracaná y solo recibió un gol en contra, tendrá el apoyo de 80 0 100 mil personas, advierte el duelo como un choque entre países más que de clubes, sostiene su ilusión en un equipo que juega bien. Es decir, para ser benévolos, el escenario no escatima riesgos. Más aún: lo que se espera en Brasil es todo riesgo.
Sin embargo hay algo, en la opinión del cronista, que inclina la balanza en favor del xeneixe. Por un lado, lo dicho: el Boca más ganador de la historia es capaz de cualquier épica futbolística. Los antecedentes no resisten mayores contrapuntos. Pero, además, nadie debería subestimar el otro componente medular de la saga boquense. Precisamente, hoy Boca en la Copa Libertadores es un fenómeno en sí mismo. Su derrotero incluye altas mediciones de ráting, sesudos debates callejeros, audiencias en vilo, titulares grandilocuentes, justas alegrías en masa, efectos residuales en los otros. Se trata de un factor que juega aunque se lo minimice.
Reponer este elemento, en consecuencia, supone mirar la mitad del vaso. La otra, fiel a sus raíces, hace rato que rebosa de gloria y de pasión.
2 comentarios:
¡RIVER VA A SALIR CAMPEON
¡RIVER VA A SALIR CAMPEON ....
ese es nuestro deseo y el nombre de la nueva entrada que abrimos en
nuestro blog.
Un abrazo riverplatense
Me quedo con eso que decís, que Boca en la Copa Libertadores es un fenónemo en si mismo. Se puede ver en las opiniones de la mayoría de los futboleros, que usan a Boca como espejo.
Una cosita: el épico gol de Samuel frente al América fue en 2000, no en 2001.
Nada más. Seguimos pasando por aquí.
Saludos.
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