En los noventa, década de profundos y dramáticos cambios sociales en Argentina, se instaló en el ambiente mediático una de esas ideas entrampadas en la lógica de los nuevos tiempos. Y no hay que ser erudito ni forzar lecturas iluminadas para constatar la importancia de la televisión como soporte indispensable en el negocio del fútbol desde entonces. No es novedad que la televisión, dado su infinito poder (el monopolio de TyC televisa todos los partidos, digita calendarios y sostiene la economía de muchos clubes), impone una lógica acorde acorde con el paradigma de época.Pero no nos adelantemos. Esa reveladora idea-fuerza impulsada por comunicadores de pasado turbio e intencionalidades manifiestas decía que "los entrenadores tienen un 80 % de responsabilidad en el desempeño de un equipo y son protagonistas fundamentales del espectáculo". La frase, acuñada por hombres ligados a las altas esferas del poder, tuvo alta receptividad en el público. Y la gente -esa construcción impersonal para designar a los sujetos también aceptada irreflexivamente- le creyó, como también le creyó a otros discursos enarbolados desde otros campos de la vida social. No faltaron, por consiguiente, los primeros planos de las cámaras enfocando la postura de los entrenadores con la consabida estrategia de los dueños del fútbol: detectar sus gestos ampulosos, sus indicaciones tan indescifrables como absurdas, sus presuntas capacidades o incapacidades. Todo, en el marco de un consenso global -avalado por los propios técnicos- en el cual el juego ya no era lo más importante o lo único en comparación con las viejas transmisiones televisas en donde si se registraban no más de tres planos de los entrenadores constituia todo un récord. Aparecieron así condicionantes externos muy jugosos de explotar, en consecuencia, de acuerdo con la nueva lógica de los 90.
En estos días, parecería" que asistimos a una nueva etapa inaugurada por aquel eficaz enunciado ligado al protagonismo de los técnicos. Diego Simeone, en River, Carlos Ischia, en Boca y Ramón Díaz, en San Lorenzo, configuran ejemplos insoslayables. El de River, porque sus funciones excederán a la de armar el equipo. Sobre Simeone recaerá la tarea extra de gestionar refuerzos, llevar adelante la exigente comunicación con la multitud de medios que cubren River y ser blanco de críticas o elogios en virtud de los resultados obtenidos. Si bien el desgaste de Jose María Aguilar es notorio entre los hinchas, el técnico difícilmente escape al rol preponderante que ya ostenta. Claro, en caso de salir airoso del difícil momento que atraviesa la institución, su poder aumentará conforme a los éxitos.
El caso de Ischia es diferente solo en las formas. El ex jugador de Vélez y América de Cali llega con la aureola de Carlos Bianchi al cargo. El flamante entrenador xeneixe no podrá sustraerse al severo juicio de los hinchas boquenses cuya aceptación o no de los técnicos parecería medirse solo por los resultados. Pero hay algo más en el caso de Boca: Bianchi, legitimado por su avalancha de éxitos y una personalidad avasallante, se posiciona como hombre fuerte en las decisiones políticas del club. De hecho, sugirió la llegada de su amigo, recomendó a la mayoría de los ayudantes de Ischia, asesorará al entrenador en las sombras y ya imagina su desembarco en Boca pero desde una función diferente a la de técnico. ¿Manager general? ¿Presidente de la Comisión de Fútbol? El tiempo dirá.
Lo de Ramón Díaz es conocido por todos. Campeón con San Lorenzo en 2007, salvó a la actual conducción de una segura derrota en los últimos comicios y obró en consecuencia. Además de negociar jugadores por cuenta propia y mostrar su conformidad o disconformidad a viva voz con las medidas dirigenciales, la incorporación de sus hijos al plantel es una señal inequívoca de que pisa fuerte. Demasiado fuerte, si se considera que la tarea para la cual fue encomendado se circunscribía a la de dirigir a un equipo de fútbol debido a su conocimiento del juego.
A la luz de los hechos, el rol de los entrenadores no se limita únicamente a su histórica función. Cada vez más aceitados sus discursos ante los medios, sus histrionismos frente a las cámaras y sus apuestas políticas en el riñón de los clubes, la mayoría suelen aceptar gustosamente ese rol asignado por los dueños del fútbol aunque ahora van por más. Muy lejos ya de aquella vieja E que nos muestran las imágenes de archivo cuando la lógica de época, los conflictos y las intervenciones en el club, se dirimían en otra parte.
sábado, 29 de diciembre de 2007
sábado, 22 de diciembre de 2007
Entrevista a César Luis Menotti
gentileza Diario Olé
"El fútbol ya no se sabe qué es"
Está de pretemporada en la Argentina con su equipo, el Tecos de Guadalajara. En ojotas y por la playa, distendido pero picante. No podía ser de otra manera.
JORGE LUIS SIERRA
Bien podría usar una remera con la leyenda I love fútbol...
Por razones de elegancia no lo hace aunque con su encendido discurso le alcanza para dejar en claro la idea. Aunque ame un fútbol que cree en vías de extinción, con marcada tendencia autodestructiva en la Argentina. César Luis Menotti dice que "hace 30 años que vengo denunciando esto". Y parece que a porfiado no le van a ganar...
—¿Cuándo va a volver a dirigir en la Argentina?
—No me interesa trabajar acá. Tendría que tener portación de armas, dos pistolas 45. Me gustan las armas pero para cazar coloradas o perdices.
—¿Para tanto? ¿No lo llaman o está proscripto?
—Proscripto no. Soy enemigo de los poderes políticos y económicos. Son los que dominan la situación. Por lo tanto soy un subversivo para ellos. No soy un obsecuente, alcahuete ni uno que dice que todo está bien para poder encontrar un laburo de comentarista o de lo que sea.
—Usted siempre generó resistencias...
—Habría que hacer unas elecciones y yo creo que ganaría 10 a 1. Le gano a cualquiera. Yo me alegro de tener discrepancias. Disentir, me hace feliz. Me siento invencible no porque tenga fuerza o porque tenga una inteligencia superior. Simplemente porque no me rindo, 50 años de mi vida estuve sin rendirme. Sigo pensando igual.
—¿Qué piensa?
—Que este fútbol argentino está en un estado de crisis terminal. No digo muerto, eh... Pero basta revisar la realidad de su economía, en donde los tiempos de los negocios se han devorado los del fútbol. Mi participación después de esta denuncia debe ser muy complicada, ¿no? Debe ser muy complicado tenerme a mí de entrenador. Cosa que me jerarquiza.
—¿Entonces?
—La razón está a la vista: a los siete días de pretemporada te hacen jugar un clásico, se juega todos los días y a cualquier hora, no se saben los horarios, el fútbol está comandado por el gran negocio... Ojo: la palabra negocio no me asusta, he vivido siempre del fútbol. Pero respetando los tiempos. Si vos hacés milanesas y vendés 100 por día, y de pronto tenés que vender 1.000 y para eso hacés milanesas de perro... ya no es un negocio, es una estafa. Nadie dice nada porque económicamente están devastados y cualquier cosa les viene bien. River destruye su campo de juego por un recital. ¿Te imaginás que el Teatro Colón, porque no hay presupuesto, tenga que hacer una bailanta? A los grandes escenarios los hacen los grandes artistas. Pero hoy todo es cuestión de marcas, Copa Nissan, Toyota. Mañana será Honda, Ford, la cerveza y no se qué... Y ahí van los jugadores como monitos, se suben a un avión 30 horas para jugar un Mundial de Clubes que no existe... Cuando tendrían que estar descansando en este momento, preparándose para respetar a la gente al momento de competir. Si se juega para la gente, ¿o no?
—No vio a Boca...
—Nooo... No me voy a levantar a las 6 de la mañana para ver Túnez y Boca.
—¿Y Milan-Boca?
—Tampoco. El Milan es otra trampa. Le dio bola a este campeonato porque va 14 puntos abajo del Inter. Entonces ponen este torneo para ver si zafan de lo mal que les va en el Calcio. Si estuviera peleando el título no sé si hubiera viajado con los titulares.
—¿Y Boca?
—Los argentinos, sí: son cuatro millones de dólares. Por cuatro palos verdes los dirigentes te hacen jugar en el mar, en la montaña, en la nieve... Por 100 o por 20 mil, por lo que haya... Donde esté el mango ahí vamos todos los monitos disfrazados de jugadores de fútbol, con el entrenador y con todo el circo adelante. El público va igual porque se sostiene por los colores de la camiseta, se acuerda del River de Sívori y Pedernera, o del Boca de Rattín o del que sea. Ahí está el hecho cultural de la identificación. El hincha va con la ilusión de emocionarse. Cada vez se emociona menos, pero igual va, no pierde las esperanzas.
—Pero fueron los campeones de la Libertadores y de la Champions...
—Fueron equipos que hoy están devaluados. Boca terminó cuarto el torneo local; Milan va a 14 puntos; Pachuca tuvo un año malísimo, a pesar del anterior muy bueno, pero ahora jugó como 70 partidos y llegó destruido... ¿A qué van? ¿A alguien le importa si se va a jugar bien? Sabés que una vez el Che Guevara dijo que querían hacer una revolución de la calidad... Y el periodista le preguntó qué era calidad: "Respeto al pueblo", contestó. Sabés qué es fútbol de calidad. ¡Respeto por el que va, viejo! Uno tiene la aspiración de jugar o tocar bien, pero la obligación es prepararte bien para ello... Si soy actor, me dan 100 lucas y el libreto de una obra de teatro hoy, para salir al escenario manaña, no estoy respetando a nadie. Lo mismo en el fútbol. La calidad ya fue...
—¿Y los hinchas que viajaron a Japón?
—Hinchas, hinchas... Cada vez hay menos hinchas y más espectadores. Hoy el fútbol es un espectáculo, hasta ponen minas mostrando el culo... ¿Imaginás que Pavarotti hubiese puesto una vedette antes de empezar a cantar? El fútbol es demasiado importante para estar en manos de cualquiera.
—¿Le ve salida?
-Así no, así se devalúa todo. Si vas a una obra de teatro a ver a Norma Aleandro vestida de vedette y bailando, decís: "Se fue todo a la mierda... No lo va a lograr aunque le ofrezcan millones de dólares". El fútbol ya no se sabe qué es...
LANÚS, LA BANDERA
Siempre queda algún lugar para la esperanza. El fútbol argentino todavía le saca algunas sonrisas al Flaco. La consagración de Lanús, su amado Central...—Dijo que no ve posibilidades de volver a dirigir acá... ¿Central tampoco lo moviliza?—Ahhh... (suspira) Sí, por Central sí haría cualquier cosa. Iría gratis, dirigiría, jugaría, cualquier cosa. Es lo único que me conmueve. Siento que Central es mío y que nadie me lo va a poder quitar. Es parte de mi vida, son los lugares donde iba a los 7 años con mi mamá y mi papá, después mi viejo falleció y seguí con la vieja... También ahora me emocioné muchísimo con el campeonato de Lanús.—¿Por qué?—Lo envidié a Cabrero cuando dijo: "Gané y cuando miré a la platea estaban mis vecinos, mi familia, el barrio, mi club...". Yo me muero por ser campeón con Central. Ojo, fue envidia sana, eh... También me hicieron feliz las declaraciones medidas y prudentes de sus futbolistas. Los felicito. No hace falta disfrazarse, ridiculizarse para festejar. Señoritos de 20, 21 ó 22 años, ubicados, una escuela de curas afuera de la cancha y terribles adentro, ja... Una brisa alentadora de que no todo está podrido y que algo puede cambiar.—¿Ve bien a la Selección?—Lo de Coco es otro buen indicio, apuesta al buen pie porque ya no tienen tiempo de ensayo, nada... Hace lo que puede y busca con los que saben jugar al fútbol.—¿Y a Simeone en River?—No lo conozco como técnico. Pero la política argentina es así... ¿Si Lavolpe ganaba el título, Simeone hubiera sido el mismo? Todos dirán "no". Pero sí, es el mismo. La valorización no puede ser porque ganó... ¿Si Boca la ganaba a Belgrano la figura era La Volpe? Y ojo que lo respeto mucho a Simeone por su experiencia, sus ganas... —¿Y a La Volpe?—No tuvo experiencia de cómo se mueve la Argentina. Dijo cosas que no debería haber dicho. Pero es un gran tipo, noble, generoso, buena persona, gran entrenador. Pero no conocía el medio. En México sí. Se confundió...
"El fútbol ya no se sabe qué es"
Está de pretemporada en la Argentina con su equipo, el Tecos de Guadalajara. En ojotas y por la playa, distendido pero picante. No podía ser de otra manera.
JORGE LUIS SIERRA
Bien podría usar una remera con la leyenda I love fútbol...
Por razones de elegancia no lo hace aunque con su encendido discurso le alcanza para dejar en claro la idea. Aunque ame un fútbol que cree en vías de extinción, con marcada tendencia autodestructiva en la Argentina. César Luis Menotti dice que "hace 30 años que vengo denunciando esto". Y parece que a porfiado no le van a ganar...
—¿Cuándo va a volver a dirigir en la Argentina?
—No me interesa trabajar acá. Tendría que tener portación de armas, dos pistolas 45. Me gustan las armas pero para cazar coloradas o perdices.
—¿Para tanto? ¿No lo llaman o está proscripto?
—Proscripto no. Soy enemigo de los poderes políticos y económicos. Son los que dominan la situación. Por lo tanto soy un subversivo para ellos. No soy un obsecuente, alcahuete ni uno que dice que todo está bien para poder encontrar un laburo de comentarista o de lo que sea.
—Usted siempre generó resistencias...
—Habría que hacer unas elecciones y yo creo que ganaría 10 a 1. Le gano a cualquiera. Yo me alegro de tener discrepancias. Disentir, me hace feliz. Me siento invencible no porque tenga fuerza o porque tenga una inteligencia superior. Simplemente porque no me rindo, 50 años de mi vida estuve sin rendirme. Sigo pensando igual.
—¿Qué piensa?
—Que este fútbol argentino está en un estado de crisis terminal. No digo muerto, eh... Pero basta revisar la realidad de su economía, en donde los tiempos de los negocios se han devorado los del fútbol. Mi participación después de esta denuncia debe ser muy complicada, ¿no? Debe ser muy complicado tenerme a mí de entrenador. Cosa que me jerarquiza.
—¿Entonces?
—La razón está a la vista: a los siete días de pretemporada te hacen jugar un clásico, se juega todos los días y a cualquier hora, no se saben los horarios, el fútbol está comandado por el gran negocio... Ojo: la palabra negocio no me asusta, he vivido siempre del fútbol. Pero respetando los tiempos. Si vos hacés milanesas y vendés 100 por día, y de pronto tenés que vender 1.000 y para eso hacés milanesas de perro... ya no es un negocio, es una estafa. Nadie dice nada porque económicamente están devastados y cualquier cosa les viene bien. River destruye su campo de juego por un recital. ¿Te imaginás que el Teatro Colón, porque no hay presupuesto, tenga que hacer una bailanta? A los grandes escenarios los hacen los grandes artistas. Pero hoy todo es cuestión de marcas, Copa Nissan, Toyota. Mañana será Honda, Ford, la cerveza y no se qué... Y ahí van los jugadores como monitos, se suben a un avión 30 horas para jugar un Mundial de Clubes que no existe... Cuando tendrían que estar descansando en este momento, preparándose para respetar a la gente al momento de competir. Si se juega para la gente, ¿o no?
—No vio a Boca...
—Nooo... No me voy a levantar a las 6 de la mañana para ver Túnez y Boca.
—¿Y Milan-Boca?
—Tampoco. El Milan es otra trampa. Le dio bola a este campeonato porque va 14 puntos abajo del Inter. Entonces ponen este torneo para ver si zafan de lo mal que les va en el Calcio. Si estuviera peleando el título no sé si hubiera viajado con los titulares.
—¿Y Boca?
—Los argentinos, sí: son cuatro millones de dólares. Por cuatro palos verdes los dirigentes te hacen jugar en el mar, en la montaña, en la nieve... Por 100 o por 20 mil, por lo que haya... Donde esté el mango ahí vamos todos los monitos disfrazados de jugadores de fútbol, con el entrenador y con todo el circo adelante. El público va igual porque se sostiene por los colores de la camiseta, se acuerda del River de Sívori y Pedernera, o del Boca de Rattín o del que sea. Ahí está el hecho cultural de la identificación. El hincha va con la ilusión de emocionarse. Cada vez se emociona menos, pero igual va, no pierde las esperanzas.
—Pero fueron los campeones de la Libertadores y de la Champions...
—Fueron equipos que hoy están devaluados. Boca terminó cuarto el torneo local; Milan va a 14 puntos; Pachuca tuvo un año malísimo, a pesar del anterior muy bueno, pero ahora jugó como 70 partidos y llegó destruido... ¿A qué van? ¿A alguien le importa si se va a jugar bien? Sabés que una vez el Che Guevara dijo que querían hacer una revolución de la calidad... Y el periodista le preguntó qué era calidad: "Respeto al pueblo", contestó. Sabés qué es fútbol de calidad. ¡Respeto por el que va, viejo! Uno tiene la aspiración de jugar o tocar bien, pero la obligación es prepararte bien para ello... Si soy actor, me dan 100 lucas y el libreto de una obra de teatro hoy, para salir al escenario manaña, no estoy respetando a nadie. Lo mismo en el fútbol. La calidad ya fue...
—¿Y los hinchas que viajaron a Japón?
—Hinchas, hinchas... Cada vez hay menos hinchas y más espectadores. Hoy el fútbol es un espectáculo, hasta ponen minas mostrando el culo... ¿Imaginás que Pavarotti hubiese puesto una vedette antes de empezar a cantar? El fútbol es demasiado importante para estar en manos de cualquiera.
—¿Le ve salida?
-Así no, así se devalúa todo. Si vas a una obra de teatro a ver a Norma Aleandro vestida de vedette y bailando, decís: "Se fue todo a la mierda... No lo va a lograr aunque le ofrezcan millones de dólares". El fútbol ya no se sabe qué es...
LANÚS, LA BANDERA
Siempre queda algún lugar para la esperanza. El fútbol argentino todavía le saca algunas sonrisas al Flaco. La consagración de Lanús, su amado Central...—Dijo que no ve posibilidades de volver a dirigir acá... ¿Central tampoco lo moviliza?—Ahhh... (suspira) Sí, por Central sí haría cualquier cosa. Iría gratis, dirigiría, jugaría, cualquier cosa. Es lo único que me conmueve. Siento que Central es mío y que nadie me lo va a poder quitar. Es parte de mi vida, son los lugares donde iba a los 7 años con mi mamá y mi papá, después mi viejo falleció y seguí con la vieja... También ahora me emocioné muchísimo con el campeonato de Lanús.—¿Por qué?—Lo envidié a Cabrero cuando dijo: "Gané y cuando miré a la platea estaban mis vecinos, mi familia, el barrio, mi club...". Yo me muero por ser campeón con Central. Ojo, fue envidia sana, eh... También me hicieron feliz las declaraciones medidas y prudentes de sus futbolistas. Los felicito. No hace falta disfrazarse, ridiculizarse para festejar. Señoritos de 20, 21 ó 22 años, ubicados, una escuela de curas afuera de la cancha y terribles adentro, ja... Una brisa alentadora de que no todo está podrido y que algo puede cambiar.—¿Ve bien a la Selección?—Lo de Coco es otro buen indicio, apuesta al buen pie porque ya no tienen tiempo de ensayo, nada... Hace lo que puede y busca con los que saben jugar al fútbol.—¿Y a Simeone en River?—No lo conozco como técnico. Pero la política argentina es así... ¿Si Lavolpe ganaba el título, Simeone hubiera sido el mismo? Todos dirán "no". Pero sí, es el mismo. La valorización no puede ser porque ganó... ¿Si Boca la ganaba a Belgrano la figura era La Volpe? Y ojo que lo respeto mucho a Simeone por su experiencia, sus ganas... —¿Y a La Volpe?—No tuvo experiencia de cómo se mueve la Argentina. Dijo cosas que no debería haber dicho. Pero es un gran tipo, noble, generoso, buena persona, gran entrenador. Pero no conocía el medio. En México sí. Se confundió...
miércoles, 19 de diciembre de 2007
Premios Rincón de los Hinchas
Se va el 2007 y no podíamos ser menos que los Premios Clarín, Fox Sports, TyC Sports, Olimpia y Alumni. Por eso, desde este humilde espacio, RDH da su opinión. Dos aclaraciones: como nuestro tema exclusivo es el fútbol, lamentamos no condecorar a Los Pumas, el gran Manu Ginóbili, el básquet olímpico, David Nalbandian, las bellas Leonas y el año del golf. Los premiados, en tanto, fueron elegidos por un importante jurado: el autor de este blog. Lo que dice un auténtico triunfo de la democracia.
abrazo y esperamos comentarios
MEJOR EQUIPO DEL AÑO: LANÚS
EQUIPO REVELACIÓN: TIGRE
MEJOR EQUIPO GRANDE: SAN LORENZO
MEJOR EQUIPO ARGENTINO INTERNACIONAL: ARSENAL
MEJOR JUGADOR: DIEGO VALERI (LANÚS)
MEJOR PARTIDO: SAN LORENZO 4 RACING 3 (Apertura 07)
MEJOR ENTRENADOR: RAMÓN CABRERO (LANÚS)
MEJOR ACTITUD PROFESIONAL: RICARDO LA VOLPE (VÉLEZ)
MEJOR HINCHADA: TIGRE
MEJOR ÁRBITRO: HÉCTOR BALDASSI
MEJOR DIRIGENCIA: LANÚS
MEJOR EQUIPO B NACIONAL: OLIMPO
MEJOR EQUIPO B METRO: ESTUDIANTES BA
MEJOR EQUIPO PRIMERA C: ACASSUSO
MEJOR EQUIPO PRIMERA D: LEANDRO ALEM
MEJOR PERIODISTA GRÁFICO: MARCELO GUERRERO (Cobertura Copa América Venezuela, diario Olé)
MEJOR PERIODISTA RADIO: VÍCTOR HUGO MORALES (Radio Continental)
MEJOR PERIODISTA TELEVISIÓN: PABLO TIBURZI (canal 7)
MENCIÓN ESPECIAL: NORBERTO RUSO VEREA (Internet)
MEJOR SITIO INTERNET: TRES POR EL POZO
HECHO DESTACADO DEL AÑO: LA CONSAGRACIÓN DE LANÚS
abrazo y esperamos comentarios
MEJOR EQUIPO DEL AÑO: LANÚS
EQUIPO REVELACIÓN: TIGRE
MEJOR EQUIPO GRANDE: SAN LORENZO
MEJOR EQUIPO ARGENTINO INTERNACIONAL: ARSENAL
MEJOR JUGADOR: DIEGO VALERI (LANÚS)
MEJOR PARTIDO: SAN LORENZO 4 RACING 3 (Apertura 07)
MEJOR ENTRENADOR: RAMÓN CABRERO (LANÚS)
MEJOR ACTITUD PROFESIONAL: RICARDO LA VOLPE (VÉLEZ)
MEJOR HINCHADA: TIGRE
MEJOR ÁRBITRO: HÉCTOR BALDASSI
MEJOR DIRIGENCIA: LANÚS
MEJOR EQUIPO B NACIONAL: OLIMPO
MEJOR EQUIPO B METRO: ESTUDIANTES BA
MEJOR EQUIPO PRIMERA C: ACASSUSO
MEJOR EQUIPO PRIMERA D: LEANDRO ALEM
MEJOR PERIODISTA GRÁFICO: MARCELO GUERRERO (Cobertura Copa América Venezuela, diario Olé)
MEJOR PERIODISTA RADIO: VÍCTOR HUGO MORALES (Radio Continental)
MEJOR PERIODISTA TELEVISIÓN: PABLO TIBURZI (canal 7)
MENCIÓN ESPECIAL: NORBERTO RUSO VEREA (Internet)
MEJOR SITIO INTERNET: TRES POR EL POZO
HECHO DESTACADO DEL AÑO: LA CONSAGRACIÓN DE LANÚS
lunes, 17 de diciembre de 2007
Festejos
¿Tienen derecho los hinchas de River, huérfanos de títulos desde hace 4 años, a celebrar la paliza del Milán sobre Boca en la final por el Mundial de Clubes? Sí. Aceptado el idiotizante folclore de los afiches (en su mayoría, impulsados por empresarios y profesionales a sueldo) y legitimada la cargada agresiva enarbolada por un sector del periodismo inmoral, ocurre que si el contrato de lectura solo se mide por la pasión, nadie, absolutamente nadie, debiera horrorizarse del "todo vale" que impera en estas latitudes.
Como esa imagen que viene circulando en internet por estos días y se mofa, de modo cínico, de Martín Palermo y su presunta falta de cojones. Está mal y es de pésimo gusto, claro, pero es el juego de moda: herir al otro de cualquier manera.
Por el contrario, vale el festejo ajeno cuando se hace desde la complicidad y el humor sano, entre otras razones, porque el código entre los hinchas no viene contaminado de intereses ajenos. Están guardadas en el arcón de la memoria futbolera, -haciendo un escueto repaso de innumerables ejemplos- la espontánea concentración de hinchas canallas ante la defección de Ñuls en la final de la Libertadores 87, la peregrinación tripera en ocasión del descenso de Estudiantes en 1994 o la "Peña Javier Mazzoni", héroe de los pincharratas tras hacer trizas jugando para Independiente el sueño de campeonato de Gimnasia en 1995.
Y un dato más para constatar que no se trata solo de una cuestión de camisetas: consumada la derrota de River en Japón a manos de la Juve de Italia en 1996, en otro rincón del mundo, el estadio de Deportivo Español sito en Bajo Flores, la hinchada boquense (cuyo última alegría remitía al Apertura 92) muy originalmente tiñó de camisetas albinegras la popular visitante y le dedicó todo tipo de cantos alusivos al rival de siempre.
Otro época, claro.
Como esa imagen que viene circulando en internet por estos días y se mofa, de modo cínico, de Martín Palermo y su presunta falta de cojones. Está mal y es de pésimo gusto, claro, pero es el juego de moda: herir al otro de cualquier manera.
Por el contrario, vale el festejo ajeno cuando se hace desde la complicidad y el humor sano, entre otras razones, porque el código entre los hinchas no viene contaminado de intereses ajenos. Están guardadas en el arcón de la memoria futbolera, -haciendo un escueto repaso de innumerables ejemplos- la espontánea concentración de hinchas canallas ante la defección de Ñuls en la final de la Libertadores 87, la peregrinación tripera en ocasión del descenso de Estudiantes en 1994 o la "Peña Javier Mazzoni", héroe de los pincharratas tras hacer trizas jugando para Independiente el sueño de campeonato de Gimnasia en 1995.
Y un dato más para constatar que no se trata solo de una cuestión de camisetas: consumada la derrota de River en Japón a manos de la Juve de Italia en 1996, en otro rincón del mundo, el estadio de Deportivo Español sito en Bajo Flores, la hinchada boquense (cuyo última alegría remitía al Apertura 92) muy originalmente tiñó de camisetas albinegras la popular visitante y le dedicó todo tipo de cantos alusivos al rival de siempre.
Otro época, claro.
jueves, 13 de diciembre de 2007
Contrato de partes íntegras
Por Walter Vargas
La llegada de Tocalli a Vélez habla bien del contratado y del contratante. De Tocalli, por tratarse de alguien poco seducido por los penosos aullidos de la moda. Hizo su camino con los Sub 20, ganando o perdiendo sus equipos dieron la talla, jamás vendió recetas mágicas y tampoco se instaló en el centro de la escena al influjo de declaraciones rimbombantes. Queda claro que no hablamos del típico oportunista que pulula en los estadios donde juegan equipos con entrenador stand by. No pertenece, Tocalli, al elenco estable de los foros de discusión de la tevé.Vélez. No se trata de insinuar siquiera que su conducción sea parte del Comité Organizador del Paraíso Terrenal, pero en un fútbol tan enrarecido o, digámoslo, tan envilecido, su porcentaje de procedimientos elogiables es interesante. Veamos: asimila de buen grado el traumático alejamiento de Russo, apuesta a La Volpe cuando a La Volpe se le cuestiona hasta el color de sus corbatas, y cuando la gestión del Bigotón entra en crisis, desecha la alternativa del portazo inmediato y pacta una salida indolora. Recién después llegan la goleada a manos de Boca, el horno que no consiente bollos y la renuncia de La Volpe, pero en todo caso sin volcanes en erupción. A propósito: ¿no es La Volpe un tipo de curiosa integridad en un país donde ni los indeseables renuncian?Pero volvamos a Vélez. A simple vista apuesta por un profesional acorde con la necesidad de fomentar el salto de calidad de tanta materia prima joven. Se descuenta que nadie le pedirá maravillas a plazo fijo. Y sabe grato que Tocalli represente una cara nueva en un mercado dominado por la moda y/o por el lobby. Lo que se dice un tiro para el lado de la justicia.
La llegada de Tocalli a Vélez habla bien del contratado y del contratante. De Tocalli, por tratarse de alguien poco seducido por los penosos aullidos de la moda. Hizo su camino con los Sub 20, ganando o perdiendo sus equipos dieron la talla, jamás vendió recetas mágicas y tampoco se instaló en el centro de la escena al influjo de declaraciones rimbombantes. Queda claro que no hablamos del típico oportunista que pulula en los estadios donde juegan equipos con entrenador stand by. No pertenece, Tocalli, al elenco estable de los foros de discusión de la tevé.Vélez. No se trata de insinuar siquiera que su conducción sea parte del Comité Organizador del Paraíso Terrenal, pero en un fútbol tan enrarecido o, digámoslo, tan envilecido, su porcentaje de procedimientos elogiables es interesante. Veamos: asimila de buen grado el traumático alejamiento de Russo, apuesta a La Volpe cuando a La Volpe se le cuestiona hasta el color de sus corbatas, y cuando la gestión del Bigotón entra en crisis, desecha la alternativa del portazo inmediato y pacta una salida indolora. Recién después llegan la goleada a manos de Boca, el horno que no consiente bollos y la renuncia de La Volpe, pero en todo caso sin volcanes en erupción. A propósito: ¿no es La Volpe un tipo de curiosa integridad en un país donde ni los indeseables renuncian?Pero volvamos a Vélez. A simple vista apuesta por un profesional acorde con la necesidad de fomentar el salto de calidad de tanta materia prima joven. Se descuenta que nadie le pedirá maravillas a plazo fijo. Y sabe grato que Tocalli represente una cara nueva en un mercado dominado por la moda y/o por el lobby. Lo que se dice un tiro para el lado de la justicia.
lunes, 10 de diciembre de 2007
Telón para un campeonato histórico
Consumada la epopeya de Lanús -decimoquinto club en anotar su nombre a la galería de campeones, el décimo de los denominados chicos-, es tiempo de balances. Y los balances suelen ser necesarios para ejercitar lecturas, reflexionar lo vivido y adelantarse al porvenir (que no queda en gerli, claro).
Entre lo destacado, y ya señalado en otros medios, surgen la brisa reparadora de los menos poderosos, la aparición de jóvenes valores (Valeri, Buonanotte, Escudero, Cvitanich, entre otros) y la confirmación de otros más curtidos (Sand, Lázzaro, Islas, Pelettieri, Sánchez Prette), como también llamativas señales entregadas en las contiendas.
Relevando números, partidos y goleadores, éste fue el campeonato en el cual San Lorenzo revirtió la paternidad de Racing (4-3, tras ir 0-3 abajo), el peor River de la historia achicó la ventaja con Boca en el historial -4 juegos-, Argentinos Juniors hizo de su estadio una auténtica fortaleza -perdió solo 2 partidos, les ganó a River, Boca, Racing, el flamante campeón de la sudamericana, los promisorios Banfield y Tigre- y el torneo donde un equipo cuyo rival de siempre padece la primera C (el ya citado El Porvenir), se cargó a todos los grandes (le faltó Racing).
Y hay más datos: River perdió con todos los ascendidos de la B Nacional y se ubicó último entre los 5 gigantes, algo que solo ocurrió 4 veces en el profesionalismo, Tigre hizo la mejor campaña de su historia (la anterior era un sexto puesto en 1956) y Colón hizo doblete ante Boca y River (le ganó por primera vez en el Monumental).
Posiblemente hayan pasado más cosas que lo aquí reseñado -al cabo, de eso trata la finalidad de un blog, intercambiar con otros, señalar olvidos, polemizar-, pero la estadística expresa un campeonato signado por la sorpresa y la emoción, con partidos de muchos goles y un consagrado con todas las luminarias.
Lanús, el Lanús club y el Lanús equipo como unidad sólidamente articulada, le dio un mensaje esperanzador al resto de los presuntamente ninguneados. Y allí asoman nuevamente los números: 7 puntos encima de Boca, 9 sobre San Lorenzo, 10 a Independiente, 13 a Racing y 15 a River. Si esto no da para el brindis, bueno, aceptemos que no hay batallas por las cuales vale la pena luchar.
Entre lo destacado, y ya señalado en otros medios, surgen la brisa reparadora de los menos poderosos, la aparición de jóvenes valores (Valeri, Buonanotte, Escudero, Cvitanich, entre otros) y la confirmación de otros más curtidos (Sand, Lázzaro, Islas, Pelettieri, Sánchez Prette), como también llamativas señales entregadas en las contiendas.
Relevando números, partidos y goleadores, éste fue el campeonato en el cual San Lorenzo revirtió la paternidad de Racing (4-3, tras ir 0-3 abajo), el peor River de la historia achicó la ventaja con Boca en el historial -4 juegos-, Argentinos Juniors hizo de su estadio una auténtica fortaleza -perdió solo 2 partidos, les ganó a River, Boca, Racing, el flamante campeón de la sudamericana, los promisorios Banfield y Tigre- y el torneo donde un equipo cuyo rival de siempre padece la primera C (el ya citado El Porvenir), se cargó a todos los grandes (le faltó Racing).
Y hay más datos: River perdió con todos los ascendidos de la B Nacional y se ubicó último entre los 5 gigantes, algo que solo ocurrió 4 veces en el profesionalismo, Tigre hizo la mejor campaña de su historia (la anterior era un sexto puesto en 1956) y Colón hizo doblete ante Boca y River (le ganó por primera vez en el Monumental).
Posiblemente hayan pasado más cosas que lo aquí reseñado -al cabo, de eso trata la finalidad de un blog, intercambiar con otros, señalar olvidos, polemizar-, pero la estadística expresa un campeonato signado por la sorpresa y la emoción, con partidos de muchos goles y un consagrado con todas las luminarias.
Lanús, el Lanús club y el Lanús equipo como unidad sólidamente articulada, le dio un mensaje esperanzador al resto de los presuntamente ninguneados. Y allí asoman nuevamente los números: 7 puntos encima de Boca, 9 sobre San Lorenzo, 10 a Independiente, 13 a Racing y 15 a River. Si esto no da para el brindis, bueno, aceptemos que no hay batallas por las cuales vale la pena luchar.
sábado, 8 de diciembre de 2007
Un desafío mayúsculo
De no mediar sorpresas, Diego Simeone arribará a Nuñez tal como quería un segmento significativo de hinchas de River. Curioso el caso de las encuestas on line: es tan oprobiosa la realidad millonaria que la mayoría de las compulsas vienen signadas por el desinterés, la amarga resignación de clickear robóticamente o ese íncomodo lugar de votar el mal menor y sin convicciones. Paréntesis: no fue el caso de los últimos comicios presidenciales.
Lo cierto es que el ex jugador de Vélez, Pisa de Italia, Lazio, Inter, Atlético Madrid y Racing, llega con un manto de desprolijidades al cargo. No resultó transparente, o al menos de buenos modales, su despedida de Estudiantes -club que confió en las aptitudes de un deté inexperto- y no parece creíble la historia oficial de su inminente desembarco en Figueroa Alcorta 7597. Digásmoslo sin rodeos: los contactos de River con Simeone datan de los oscuros tiempos passarellianos. Y solo el culebrón público con Ramón Díaz dilató veinte días un acuerdo previamente consensuado en las oficinas de Nuñez.
Desechada la ética de Aguilar, Israel y companía, entonces, asoma un desafío mayúsculo para el hombre del cuchillo entre los dientes: convivir con una dirigencia que naufraga en errores y decisiones reprobables, con jugadores a la medida de ese naufragio y sin margen para improvisar nada. Aunque Simeone, se intuye, debe saber interiormente que llega a un club devastado deportiva e institucionalmente.
A favor, en cambio, tiene fundadas razones para asumir las exigencias de la prueba. Solo con procurar algunos retoques en cómo jugue el equipo, la mentada actitud y un puñado de resultados favorables, el entrenador habrá conseguido su reaseguro profesional. O no, quizás en diciembre de 2008 estemos hablando de un nuevo contuvernio en torno a su figura, negociando con otra dirigencia que tampoco sabe de escrúpulos y cerca de lo que Simeone aspiró desde su retiro como futbolista: la Selección Nacional.
Lo cierto es que el ex jugador de Vélez, Pisa de Italia, Lazio, Inter, Atlético Madrid y Racing, llega con un manto de desprolijidades al cargo. No resultó transparente, o al menos de buenos modales, su despedida de Estudiantes -club que confió en las aptitudes de un deté inexperto- y no parece creíble la historia oficial de su inminente desembarco en Figueroa Alcorta 7597. Digásmoslo sin rodeos: los contactos de River con Simeone datan de los oscuros tiempos passarellianos. Y solo el culebrón público con Ramón Díaz dilató veinte días un acuerdo previamente consensuado en las oficinas de Nuñez.
Desechada la ética de Aguilar, Israel y companía, entonces, asoma un desafío mayúsculo para el hombre del cuchillo entre los dientes: convivir con una dirigencia que naufraga en errores y decisiones reprobables, con jugadores a la medida de ese naufragio y sin margen para improvisar nada. Aunque Simeone, se intuye, debe saber interiormente que llega a un club devastado deportiva e institucionalmente.
A favor, en cambio, tiene fundadas razones para asumir las exigencias de la prueba. Solo con procurar algunos retoques en cómo jugue el equipo, la mentada actitud y un puñado de resultados favorables, el entrenador habrá conseguido su reaseguro profesional. O no, quizás en diciembre de 2008 estemos hablando de un nuevo contuvernio en torno a su figura, negociando con otra dirigencia que tampoco sabe de escrúpulos y cerca de lo que Simeone aspiró desde su retiro como futbolista: la Selección Nacional.
jueves, 6 de diciembre de 2007
Navas juega el mejor partido
Por Ariel Scher
Un día, un día en el que habrá tenido fútbol en los pies, y fútbol en la historia, y fútbol en el alma, Mauro Navas decidió que, además de fútbol y fútbol y fútbol, tenía otra vocación y otra tentación: trabajar para mejorar una realidad que le duele por injusta. Y se puso a hacerlo.Navas la pasó bien como habitante de las canchas. Las disfrutó en su infancia, sobre el suelo del sur bonaerense; las volvió escenario de su oficio entre 1994 y este año, con las camisetas de Banfield, Racing, Udinese, Espanyol y Temperley, entre otras. A los 33 años, tras su último pelotazo como profesional, no dudó de que, por un lado, el fútbol le había permitido muchos desarrollos ni de que, por el otro, también el fútbol podía permitirle desarrollos a mucha gente más.Pudo quedarse solamente en la acción y sentir que su tarea estaba cumplida al contribuir con el comedor comunitario que impulsa Temperley, que es su club y casi su casa. O pudo evaluar que bastaba con encontrar un puesto de director técnico, algo que le gusta, y ejercerlo enfrentando todas las mugres modernas del fútbol. Pero sintió y supo que hacía falta más. "Los jugadores podemos hacer mucho por los demás, tenemos que capacitarnos", dijo y se dijo. Y se puso a estudiar. Inquieto por incidir en la vida social, convencido de que vale la pena hacer por y para los otros, empezó la carrera de Trabajo Social, en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora."Hay que ayudar a los pibes de Salta, a los de Misiones. El fútbol es un recurso bárbaro", explica Navas, que va modelando proyectos en los que el fútbol es rival de la desigualdad. Ni los grandes jugadores ni las grandes jugadas dejaron de cautivarlo, pero ahora su equipo incorpora los textos del pensador francés Michel Foucault, las propuestas educativas del brasileño Paulo Freire, las ideas de cada autor que le "abre la cabeza" denunciando las miserias de este tiempo. Ese partido juega ahora Mauro Navas, el mejor partido de todos desde que la vida es vida y la gente es gente. Lleva un par de libros en la mano, guarda una memoria de fútbol en las piernas y la voluntad de cambiar el mundo le late en el corazón.
Un día, un día en el que habrá tenido fútbol en los pies, y fútbol en la historia, y fútbol en el alma, Mauro Navas decidió que, además de fútbol y fútbol y fútbol, tenía otra vocación y otra tentación: trabajar para mejorar una realidad que le duele por injusta. Y se puso a hacerlo.Navas la pasó bien como habitante de las canchas. Las disfrutó en su infancia, sobre el suelo del sur bonaerense; las volvió escenario de su oficio entre 1994 y este año, con las camisetas de Banfield, Racing, Udinese, Espanyol y Temperley, entre otras. A los 33 años, tras su último pelotazo como profesional, no dudó de que, por un lado, el fútbol le había permitido muchos desarrollos ni de que, por el otro, también el fútbol podía permitirle desarrollos a mucha gente más.Pudo quedarse solamente en la acción y sentir que su tarea estaba cumplida al contribuir con el comedor comunitario que impulsa Temperley, que es su club y casi su casa. O pudo evaluar que bastaba con encontrar un puesto de director técnico, algo que le gusta, y ejercerlo enfrentando todas las mugres modernas del fútbol. Pero sintió y supo que hacía falta más. "Los jugadores podemos hacer mucho por los demás, tenemos que capacitarnos", dijo y se dijo. Y se puso a estudiar. Inquieto por incidir en la vida social, convencido de que vale la pena hacer por y para los otros, empezó la carrera de Trabajo Social, en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora."Hay que ayudar a los pibes de Salta, a los de Misiones. El fútbol es un recurso bárbaro", explica Navas, que va modelando proyectos en los que el fútbol es rival de la desigualdad. Ni los grandes jugadores ni las grandes jugadas dejaron de cautivarlo, pero ahora su equipo incorpora los textos del pensador francés Michel Foucault, las propuestas educativas del brasileño Paulo Freire, las ideas de cada autor que le "abre la cabeza" denunciando las miserias de este tiempo. Ese partido juega ahora Mauro Navas, el mejor partido de todos desde que la vida es vida y la gente es gente. Lleva un par de libros en la mano, guarda una memoria de fútbol en las piernas y la voluntad de cambiar el mundo le late en el corazón.
lunes, 3 de diciembre de 2007
Fútbol de Ascenso
SUEÑOS DE PRIMERA
por José Moset
“Se van para la B…” sigue siendo uno de los cánticos más hirientes que una hinchada de primera división puede propinar a otra, cuando el equipo de esta última está al borde del descenso. Años atrás, la burla se completaba con el imperativo “a jugar los sábados”.Era así. Cuando la televisión estaba lejos de controlar el negocio total del fútbol, cuando la convivencia entre dirigentes y barras bravas era más la excepción que la regla, cuando los operativos de seguridad no se habían degradado y cuando la primera división se jugaba solamente los domingos (en campeonatos a dos ruedas, que empezaban en abril y terminaban en noviembre), la fiesta sabatina era exclusiva del ascenso. Y si bien hoy “irse al descenso” es para los hinchas tanto o más oprobioso que antes, nadie está seguro de que su equipo juegue el sábado, ya que eventualmente lo hará un domingo (a la mañana o a la tarde), un lunes o un martes, según una curiosa agenda consensuada con la televisión y la policía.La larga maratón del ascenso cuenta actualmente con cuatro categorías: la B Nacional (20 participantes), la B Metropolitana (21), la C (20) y la D (18): un total de 79 clubes, la mayoría de Capital Federal y Gran Buenos Aires, Rosario y Santa Fe (los “directamente afiliados” a la AFA), aunque en la B Nacional intervienen varios de los “indirectos”, como los representantes de Córdoba, Mendoza, Tucumán, Mar del Plata y Comodoro Rivadavia. Esto sin contar las decenas de clubes que participan de los torneos Argentinos A, B y C.En la B Metropolitana (quizás el campeonato más duro, ya que hay un solo ascenso directo a la B Nacional) revistan clubes con pasado en primera división, como Atlanta, Los Andes, Deportivo Morón, Temperley, All Boys, Deportivo Español, Central Córdoba, de Rosario, y Sarmiento, de Junín. Y en la última divisional, la D, milita desde hace dos temporadas Argentino de Quilmes, el “mate”, tan antiguo y tradicional como su vecino, el “cervecero”.La crisis global del fútbol argentino ha puesto a la mayor parte de estas 79 instituciones en situación muy comprometida, con embargos, quiebras, intervenciones judiciales, dirigencias cuestionadas y estadios semivacíos. Para colmo, y como una polémica respuesta de la AFA a la violencia de las barras bravas y la represión policial, en los actuales cuatro campeonatos no se permite la presencia de público visitante. Demasiado para sobrevivir aunque, convengamos, la pasión es inextinguible.
por José Moset
“Se van para la B…” sigue siendo uno de los cánticos más hirientes que una hinchada de primera división puede propinar a otra, cuando el equipo de esta última está al borde del descenso. Años atrás, la burla se completaba con el imperativo “a jugar los sábados”.Era así. Cuando la televisión estaba lejos de controlar el negocio total del fútbol, cuando la convivencia entre dirigentes y barras bravas era más la excepción que la regla, cuando los operativos de seguridad no se habían degradado y cuando la primera división se jugaba solamente los domingos (en campeonatos a dos ruedas, que empezaban en abril y terminaban en noviembre), la fiesta sabatina era exclusiva del ascenso. Y si bien hoy “irse al descenso” es para los hinchas tanto o más oprobioso que antes, nadie está seguro de que su equipo juegue el sábado, ya que eventualmente lo hará un domingo (a la mañana o a la tarde), un lunes o un martes, según una curiosa agenda consensuada con la televisión y la policía.La larga maratón del ascenso cuenta actualmente con cuatro categorías: la B Nacional (20 participantes), la B Metropolitana (21), la C (20) y la D (18): un total de 79 clubes, la mayoría de Capital Federal y Gran Buenos Aires, Rosario y Santa Fe (los “directamente afiliados” a la AFA), aunque en la B Nacional intervienen varios de los “indirectos”, como los representantes de Córdoba, Mendoza, Tucumán, Mar del Plata y Comodoro Rivadavia. Esto sin contar las decenas de clubes que participan de los torneos Argentinos A, B y C.En la B Metropolitana (quizás el campeonato más duro, ya que hay un solo ascenso directo a la B Nacional) revistan clubes con pasado en primera división, como Atlanta, Los Andes, Deportivo Morón, Temperley, All Boys, Deportivo Español, Central Córdoba, de Rosario, y Sarmiento, de Junín. Y en la última divisional, la D, milita desde hace dos temporadas Argentino de Quilmes, el “mate”, tan antiguo y tradicional como su vecino, el “cervecero”.La crisis global del fútbol argentino ha puesto a la mayor parte de estas 79 instituciones en situación muy comprometida, con embargos, quiebras, intervenciones judiciales, dirigencias cuestionadas y estadios semivacíos. Para colmo, y como una polémica respuesta de la AFA a la violencia de las barras bravas y la represión policial, en los actuales cuatro campeonatos no se permite la presencia de público visitante. Demasiado para sobrevivir aunque, convengamos, la pasión es inextinguible.
sábado, 1 de diciembre de 2007
El triunfo de una mentalidad
En la víspera de la coronación, hay un club que ya ganó: Lanús. Por escándalo sobre el resto, con armas nobles, infrecuentes para estos tiempos de oprobio en el juego y negocio escandaloso, de trampa legitimada y conveniencias a la orden del día. Salir primero o segundo, en la opinión de este cronista, no alterará las cosas.
Ocurre que se habló hasta el cansancio del meritorio trabajo dirigencial, la continuidad de los proyectos, los tesoros escondidos del semillero, la apuesta ofensiva de un entrenador cuyos principales referentes son César Menotti y el Gitano Juárez (El gráfico, Noviembre 2007). Pero la crónica omitió algo más trascendente, no incorporado en el humor futbolero, ninguneado lógicamente por los medios masivos: la victoria de Lanús es la victoria de una política. Más: es la victoria de una mentalidad. Desandemos esa mentalidad: en Lanús no se habla de plata ni de barras, en Lanús no se menciona la palabra negocio, en Lanús el jugador que no sabe convivir con el otro no juega, en Lanús una derrota no enloquece a los más de 30 mil socios que tiene institución, en Lanús se prioriza a ese socio y se ayuda a la comunidad, en Lanús las numerosas familias que van al club comen su asado sin el sonido de las balas como telón de fondo. En Lanús, en suma, prevalecen valores y convicciones.
Suena injusto y canallesco, como señalan los emisarios del poder, decir que este campeonato es mediocre. No lo merecen ni Lanús ni los hinchas ajenos que se embanderaron de granate.
Ocurre que se habló hasta el cansancio del meritorio trabajo dirigencial, la continuidad de los proyectos, los tesoros escondidos del semillero, la apuesta ofensiva de un entrenador cuyos principales referentes son César Menotti y el Gitano Juárez (El gráfico, Noviembre 2007). Pero la crónica omitió algo más trascendente, no incorporado en el humor futbolero, ninguneado lógicamente por los medios masivos: la victoria de Lanús es la victoria de una política. Más: es la victoria de una mentalidad. Desandemos esa mentalidad: en Lanús no se habla de plata ni de barras, en Lanús no se menciona la palabra negocio, en Lanús el jugador que no sabe convivir con el otro no juega, en Lanús una derrota no enloquece a los más de 30 mil socios que tiene institución, en Lanús se prioriza a ese socio y se ayuda a la comunidad, en Lanús las numerosas familias que van al club comen su asado sin el sonido de las balas como telón de fondo. En Lanús, en suma, prevalecen valores y convicciones.
Suena injusto y canallesco, como señalan los emisarios del poder, decir que este campeonato es mediocre. No lo merecen ni Lanús ni los hinchas ajenos que se embanderaron de granate.
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